La Hora de los Sindicatos
Kalena de Velado, 15 de Mayo de 2005.
En manos de unas pocas personas esta la gran la oportunidad histórica de cambiar las reglas de juego en una sociedad en beneficio de miles de personas. Me refiero a los sindicatos salvadoreños y a las federaciones de empleados públicos. Los dirigentes de siempre y los de nueva generación, pueden ayudar a restablecer el valor y prestigio de éstas instituciones: verdaderas organizaciones que trabajan por los derechos y deberes de los trabajadores, mejorando su calidad de vida. ¿Ha sido este el papel de los sindicatos salvadoreños?
La palabra sindicato debe perder la mala fama con la que se ha teñido al ser utilizada por ideologías ajenas a su naturaleza, generando violencia y destrucción en no pocos casos. Creo firmemente que los salvadoreños hemos demostrado internacionalmente nuestra capacidad de diálogo; nuestra democracia naciente y en proceso es estudiada en universidades prestigiosas.
No tenemos que cambiar la Constitución para poder entablar un dialogo social en orden a mejorar las condiciones y la modernización laboral. Existe suficiente capacidad y autoestima para sentarnos trabajadores con empresarios y Empleados del Sector Público con Gobierno para buscar el Bien Común, apoyados por instituciones de prestigio como La Iglesia, Organismos de Capacitación, Gremiales y otros.
Un estudio preparado para el Banco Mundial por CSR Practice, Abril 21. 2004, con fondos del Royal Danish Ministry of Foreing Affairs, (Peder M. Pruzan y Helle Bank, Pricewaterhouse y Aron Cramer, de BSR), menciona en la “Lista de Buenas Prácticas” a los esfuerzos que El Salvador, Centro América y ESCA, están realizando por mejorar los estándares laborales nacionales e internacionales con todos los involucrados (Multistakehorder) en el sector textil, con la idea de elevar la competitividad. Esto es un ejemplo que podemos.
Por otro lado, con la inclusión masiva de la mujer al sector laboral, las necesidades de optimizar el ambiente laboral se amplían a ayudar a balancear familia y trabajo.
¿Se han planteado este reto las organizaciones laborales? Este crucial tema debería tomar bastante tiempo de su agenda para estar en sintonía con las nuevas realidades. Con la entrada de El Salvador a la Globalización, el compromiso y motivación a capacitarse de los obreros debe estar en la mente de los dirigentes. Sin una puesta al día de su papel en el logro de mejorar los estándares de calidad profesional para alcanzar el nivel competitivo de “trabajadores globales”, no se lograrán abrir nuevas fuentes de trabajo. Hay que recordar que al ratificarse el TLC con USA, los consumidores norteamericanos exigirán que la cadena de producción de lo que consumen esté integrada por empresas que sean éticas en sus prácticas laborales, lo que nos lleva a concluir que los primeros en beneficiarse con la ratificación del Tratado Comercial serán los obreros. Costa Rica y Guatemala han manejado el tema, enfrentando el problema de los sindicatos con ideas marxistas y socialistas por medio de fomentar la creación de nuevas agrupaciones obreras bajo el ideal sindical moderno: El Solidarismo. Los obreros cuentan con organismos que defienden sus derechos y promueven el cumplimiento de sus deberes; mejorando su calidad de vida al tiempo que son puente de diálogo otros sectores de la sociedad y El Estado. ¡Animo! Ha llegado la hora de redescubrir que el trabajo bien hecho dignifica y perfecciona, no importa que tan sencillo y escondido sea. El trabajo no es solo una actividad fatigosa mediante la cual se satisfacen necesidades, sino que también es un resultado: la organización, la transformación y continuación del medio natural en que se vive; en definitiva, la única herramienta de mejora del mundo con que contamos cada uno. (Ricardo Yepes)