Familia y Política: Un Binomio Exitoso
Kalena de Velado, 6 de Octubre de 2006.
Existen experiencias vitales de muchos políticos en el mundo que consideran a la institución familiar como objetivo último de la política, y que consideran que cualquier medida política afecta la vida y el desarrollo de la célula más básica de la sociedad. Un ejemplo es Ursula von der Leyen, de 47 años, ministra para la Familia en el gobierno actual de Alemania, quien tiene buen entrenamiento para ocupar el cargo: médica exitosa y madre de siete hijos. Al ser entrevistada en los medios sobre las dificultades de compaginar profesión política y la educación de la prole, señaló varios aspectos: “A diferencia de otros muchos países europeos de nuestro entorno, en Alemania el hecho de no tener hijos ha dejado de considerarse una carencia. Me gustaría dejar claro que se trata de una fiebre cultural. Pero al mismo tiempo la renuncia a los hijos se ha convertido en Alemania en requisito para una brillante carrera profesional. Y esto constituye un verdadero drama (por el envejecimiento del país)…..Al mismo tiempo, algunas empresas reconocen que cuando se buscan jóvenes con una buena formación, hay que prestar atención también al deseo de tener hijos de estas personas. Las aptitudes de liderazgo (capacidad de trabajo, de organización, sentido de responsabilidad) se adquieren fundamentalmente, no en la profesión, sino en la familia y en cargos no remunerados. Una empresa que quiera hacer surgir personalidades directivas que a la vez sean humanamente ricas, debería preocuparse de que esas personas tengan tiempo y lugar para ser también padre o madre… Hay otro aspecto importante: debemos dirigir más la mirada hacia el padre, pues hemos comprobado que son los hombres, más que las mujeres, los que excluyen a los hijos a la hora de planificar su vida”.
El ex candidato a la presidencia en Chile, Joaquín Lavin, opina que “los cargos de relevancia política deben ser usados para unir y para servir a la familia antes que nada, porque a partir de allí es desde donde se puede construir una sociedad verdaderamente unida… Cuántas veces hemos visto que la agenda que imponen los políticos en una sociedad es muy distinta a las preocupaciones de las personas comunes y corrientes. Eso ocurre porque falta espíritu de servicio. Son los ciudadanos comunes y corrientes los que deben fijar las prioridades, los que deben decidir a qué dedicamos nuestro tiempo y cómo gastamos el dinero que nos corresponde administrar…En general, mi experiencia es que la gente, la familias, quieren cosas sencillas pero concretas y muy importantes. En un país como el mío quieren tener un trabajo, seguridad en las calles y en sus casas, acceso a la salud, buena educación para sus hijos, estabilidad…Mi experiencia me indica que las peleas ideológicas y las discusiones con posturas intransigentes no son las que permiten avanzar…Es decir, si tú peleas, yo peleo más. Si tú gritas, yo grito más fuerte. La verdad es que así no se consigue resolverlos problemas. Por eso es tan importante unir, porque al rescatar lo positivo y valioso que hay en la postura del otro, se puede avanzar”.
Lo ideal para un País son familias sólidas y unidas. “Pero la realidad es otro” dirá alguien. La Ministra germana opina: “Tiene usted razón. Con todo, también la política debe hacer su parte, esto es, crear una infraestructura variada y flexible que posibilite la atención de los hijos, y procurar que la política económica sea una ayuda real en la etapa en que se tienen los hijos, que suele ser la más crítica. Por este motivo, en la coalición de gobierno, hemos decidido conceder especial importancia a las familias jóvenes…”